La organización de las Naciones Unidas estableció
desde 1978, el 29 de Septiembre como el
Día Mundial de los Mares con el fin de mantener, salvaguardar y mejorar la
seguridad de la vida en el mar. Se plantea lograr que los procedimientos marítimos internacionales sean
eficientes y eviten la contaminación causada por actividades terrestres, por
descargas toxicas, ilegales y peligrosas de los buques.

El Mar es definido como la superficie marítima que
se extiende a las orillas de los continentes, los océanos contienen gran riqueza
de recursos, siendo hábitat de la mayoría de los seres vivos que habitan
nuestro planeta. El mar representa una de las mayores riquezas biológicas. A pesar de su inmensidad y de su riqueza, los mares, son frágiles y muy vulnerables a las amenazas, como el
incremento de la población, a la pesca poco controlada, a los desarrollos costeros –invasivos-, contaminación,
vertidos de aguas residuales e industriales, residuos tóxicos y a la actividad
petrolera.

Al contaminar las aguas de los océanos, mares, ríos
y lagos, atentamos contra nosotros mismos, es trasgredir a la supervivencia de
los ecosistemas y los que habitan,
amenazar directamente la salud humana mediante al consumo de agua y animales
que han resultado contaminados.
Este día es para recordar que la salud de los
mares dependerá directamente de la medida en que replanteamos nuestra actitud y
reconsideremos nuestra actividad de género humano, incrementando y
desarrollando actividades de cautela y control, habrá que esforzarnos para
minimizar los impactos ambientales, reducir el vertido de las aguas residuales y
la actividad petrolera, controlando la limpieza de los barcos de alta mar.
Nuestra tarea
es preocuparnos y ocuparnos por el bienestar
de los mares
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